Camboya y Tailandia han recortado significativamente la duración de los visados para los ciudadanos del otro país a siete días, con efecto inmediato. La medida se produce en medio del conflicto por una zona fronteriza en disputa. Como consecuencia, el cambio ha afectado tanto a los viajeros como a las empresas locales.
Antes, los ciudadanos camboyanos podían permanecer hasta 60 días con visados de entrada terrestre. Sin embargo, Tailandia ha reducido ahora la estancia a sólo siete días para las llegadas por tierra, mientras que las llegadas por aire no han sufrido ningún impacto. Como represalia, Camboya también ha reducido drásticamente las estancias de los nacionales tailandeses de 60 a 7 días.
El movimiento de Tailandia provoca disturbios
La decisión de Tailandia conmocionó a muchos viajeros y comerciantes habituales a lo largo de los bulliciosos pasos fronterizos, especialmente en Aranyaprathet y Sa Kaeo.
En consecuencia, los funcionarios de inmigración citaron la preocupación por la seguridad fronteriza y el aumento de los casos de contrabando como razones del cambio repentino. En consecuencia, los solicitantes de visados y los compradores frecuentes se enfrentan a colas masivas y confusión en los puestos de control.
En particular, la declaración de la ley marcial tailandesa en varias provincias fronterizas ha empeorado la situación. Bajo la ley marcial, las autoridades militares supervisan la aplicación de las leyes de inmigración, lo que añade otra capa de complejidad. Por ello, los viajeros con origen o destino en Camboya y Tailandia han informado de retrasos y cancelaciones.
Camboya toma represalias rápidamente
En una rápida medida de represalia, el departamento de inmigración de Camboya igualó la política de Tailandia, reduciendo a siete días la estancia con visado para los titulares de pasaportes tailandeses en los pasos fronterizos terrestres.
Los funcionarios declararon que la medida era temporal, a la espera de nuevas negociaciones diplomáticas. Aunque ambos gobiernos alegan motivos de seguridad, la medida refleja claramente el agravamiento de las tensiones políticas.
Sin embargo, el gobierno camboyano aún no ha aplicado estos cambios en los aeropuertos, donde se sigue aplicando la estancia normal con visado. Aun así, el comercio fronterizo y el turismo ya se han visto afectados.
La economía fronteriza entre Camboya y Tailandia se resiente
Este repentino cambio de política de Tailandia y Camboya ha afectado duramente a las economías fronterizas. Por ejemplo, los mercados de Poipet y Aranyaprathet que dependen de los compradores transfronterizos se enfrentan ahora a una reducción del tráfico peatonal. Como consecuencia, los vendedores locales y los pequeños hoteles informan de una caída de los ingresos.
Además, muchos negocios dependen de los viajeros de un día de ambos países, que ahora deben planificar viajes más cortos o evitar cruzar del todo. Por ello, los comerciantes piden conversaciones urgentes para resolver la situación.
Motivos políticos en juego
Los analistas creen que las medidas de Tailandia y Camboya son prolongaciones simbólicas de tensiones fronterizas que se remontan a mayo. En aquel momento, ambos países desplegaron tropas adicionales cerca de una zona en disputa, lo que aumentó la preocupación por la seguridad. Además, Tailandia insinuó recientemente que cortaría la electricidad e Internet en las zonas fronterizas donde prosperan las operaciones de juego y estafa, echando más leña al fuego.
Por lo tanto, las reducciones de visados parecen a la vez represalias y estrategia, y señalan la disposición de cada país a mantener sus respectivas posturas políticas.
Perspectivas para Tailandia, Camboya
Ambos gobiernos insisten en que las restricciones son temporales, a la espera de que mejore la estabilidad fronteriza. Además, los ministerios de Asuntos Exteriores de Camboya y Tailandia han insinuado posibles conversaciones para aliviar las tensiones. Sin embargo, ninguna de las partes se ha comprometido a fijar un calendario claro para el levantamiento de las medidas.
Hasta entonces, los viajeros y comerciantes seguirán atrapados en medio, lidiando con nuevas normas e incertidumbres fronterizas.
En general, las reducciones de visados de Camboya y Tailandia ponen de manifiesto un conflicto latente que afecta a miles de personas de ambas partes. Queda por ver si la diplomacia puede enfriar la situación.
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