Las autoridades tailandesas están recibiendo mayores presiones para que reevalúen su régimen de exención de visado de 60 días, que se aplica a 93 nacionalidades. Esto se debe al aumento de los índices de delincuencia, que ponen en peligro tanto a la población local como a los visitantes internacionales. Además, a las autoridades turísticas les preocupa que las estancias prolongadas pongan a prueba la infraestructura local.
Antecedentes del régimen sin visado
Hace décadas que Tailandia introdujo su régimen de exención de visado para impulsar el turismo y estimular la economía. Con esta política, muchos viajeros pueden disfrutar de 60 días de entrada sin visado.
Históricamente, la política ha atraído a millones de turistas cada año. Además, ha apoyado a las pequeñas empresas y a las comunidades locales. Como tal, sigue siendo una piedra angular de la estrategia turística de Tailandia.
Sin embargo, informes recientes revelan un aumento de los casos de delincuencia relacionados con la afluencia de visitantes. Como consecuencia, los residentes locales han expresado su creciente preocupación por la seguridad pública.
Algunos críticos culpan directamente a la exención de visado del aumento de la actividad delictiva. Los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley señalan que los delitos son cada vez más frecuentes en las zonas turísticas. Además, los informes de los medios de comunicación destacan casos de fraude y robo. La relación entre la política y la delincuencia sigue siendo un debate candente.
Reducción del periodo sin visado
Durante una reunión celebrada en Bangkok el 24 de febrero, los expertos en turismo sugirieron acortar el periodo sin visado a 30 días. Recomiendan ajustar el periodo sin visado para facilitar la gestión de los visitantes. En correspondencia, los grupos del sector argumentan que las estancias más cortas pueden reducir las posibles actividades delictivas.
«Tailandia sigue necesitando los ingresos que aportan los turistas, y la política de visados gratuitos es un atractivo clave», señaló Sisdivachr Cheewarattanaporn, presidente de la Asociación de Agencias de Viajes Tailandesas (ATTA).
«Según mi experiencia, la estancia turística media no supera los 20 días, y como mucho los 30 días. Por tanto, el periodo de 60 días es excesivo», añadió. Mientras tanto, algunos funcionarios defienden el régimen actual como económicamente beneficioso. Por ello, las partes interesadas insisten en la necesidad de medidas de seguridad equilibradas. Creen que los ajustes políticos pueden mejorar la seguridad sin perjudicar al turismo.
La revisión del régimen de exención de visado puede afectar a los ingresos por turismo, sobre todo porque el país aspira a atraer a 40 millones de visitantes internacionales en 2025. Concretamente, a los empresarios les preocupa perder los ingresos constantes de los turistas. Además, algunos sostienen que una política más estricta podría perjudicar a las economías locales, ya que los comerciantes dependen de los visitantes extranjeros para sus ingresos diarios.
Sin embargo, la seguridad pública sigue siendo una prioridad para muchas comunidades. De ahí que las autoridades deban equilibrar los beneficios económicos con la estabilidad social.
«La política de visados gratuitos crea demanda, facilitando que la gente visite Tailandia», señaló el gobernador de la Autoridad de Turismo de Tailandia (TAT), Thapanee Kiatphaibool. «Pero el control y la seguridad son primordiales, y estamos trabajando con todas las partes implicadas para mejorar esto, especialmente la inspección y el control de los turistas».
Perspectivas de futuro
Una revisión formal podría dar lugar a ajustes políticos en un futuro próximo. En consonancia con ello, las fuerzas del orden tienen previsto reforzar la seguridad en los puntos turísticos. Los funcionarios sostienen que el sistema actual favorece el crecimiento económico.
Los expertos prevén nuevas medidas que podrían limitar la duración de la exención de visado en el futuro. Mientras tanto, las empresas y comunidades locales esperan orientaciones claras del gobierno.
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