Tailandia se enfrenta a una creciente presión para que revise su política de exención de visados para los turistas chinos. Esto se produce en medio de la creciente preocupación por los delitos transnacionales en los que están implicados algunos visitantes procedentes de China. La política, cuyo objetivo inicial era impulsar el turismo, se encuentra ahora bajo escrutinio por sus inesperadas consecuencias.
Aumento de la delincuencia en Tailandia
Recientemente, el senador y teniente general Wanchai pidió al gobierno tailandés que se replanteara su política de exención de visados para los visitantes chinos. Según Wanchai, esta política ha permitido a los grupos delictivos chinos utilizar Tailandia como cuartel general. También expresó su preocupación por la posibilidad de que Tailandia se convierta en un centro de delincuencia transnacional, dada su proximidad a Camboya, China y Myanmar. Concretamente, los visitantes chinos abusan de la política de exención de visado para entrar ilegalmente, eludiendo los controles de inmigración. «La política de exención de visados ha incrementado la delincuencia transnacional, en parte por parte de delincuentes chinos que utilizan Tailandia como base», señaló el general Wanchai. «Nos estamos convirtiendo en un centro de actividades delictivas y esto afecta a la seguridad nacional y al turismo», añadió.
El caso de Wang Xing
Recientemente, algunos incidentes han puesto de manifiesto los problemas de seguridad que rodean a los visitantes chinos en Tailandia. Un caso muy sonado fue el secuestro del actor chino Wang Xing. Según los informes, un sindicato de estafadores lo había atraído a Tailandia y traficado con él a Myanmar. Este incidente ha alarmado tanto a las autoridades tailandesas como a los viajeros chinos. Además, las plataformas de medios sociales chinas se han inundado de advertencias sobre los viajes a Tailandia, lo que ha desatado el miedo entre los turistas potenciales. Las autoridades tailandesas están estudiando ahora medidas urgentes para hacer frente a estos problemas de seguridad. El general Wanchai ha propuesto implantar un sistema de visado a la llegada en lugar de exigir planes de viaje detallados.
Propuestas al Gobierno tailandés
Otra idea que se está debatiendo es reducir la duración de la estancia sin visado de 30 días a sólo 15. Ambas opciones pretenden frenar las actividades delictivas. Sin embargo, estos cambios podrían tener importantes consecuencias para la economía tailandesa , dependiente del turismo, sobre todo porque los turistas chinos desempeñan un papel vital en el sector de los viajes de Tailandia. A los operadores turísticos les preocupa que los cambios de política puedan desanimar a los visitantes chinos, perjudicando potencialmente los esfuerzos de recuperación del país tras la pandemia. Aun así, muchos coinciden en que la seguridad debe seguir siendo una prioridad para proteger la reputación de Tailandia como destino turístico. Las estadísticas subrayan aún más la urgencia de la situación. Los informes indican un aumento de los delitos que afectan a ciudadanos extranjeros, incluidos los visitantes chinos. Entre ellos figuran fraudes, negocios ilegales e incluso incidentes violentos. Estos casos han alimentado el temor de que los sindicatos del crimen estén explotando Tailandia y su política de exención de visados como punto de entrada.
Lo que le espera a Tailandia
A pesar de estas preocupaciones, es posible que no se produzca ningún cambio de política en Tailandia en un futuro próximo. En declaraciones a la prensa el martes, el ministro de Turismo, Sorawong Thienthong, declaró que el gobierno tailandés no tiene previsto revisar su política de exención de visados. Además, el viceministro de Defensa, general Nattaphon Narkphanit, reconoció la cuestión. Sin embargo, reiteró que el principal objetivo del programa de exención de visados es impulsar la economía. No obstante, subrayó que Tailandia está trabajando estrechamente con las naciones vecinas para mitigar los riesgos. «Como el Ministerio de Defensa es responsable de la seguridad fronteriza, ha entablado conversaciones con los países vecinos a través de los mecanismos disponibles», declaró el general Nattaphon. «También ha reforzado las inspecciones de las personas que cruzan las fronteras, tanto por los puestos de control como por los pasos naturales».
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